
La vasija perfecta estaba orgullosa de sus logros. Pero la pobre vasija agrietada estaba avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía cumplir con la mitad de su trabajo.
Después de dos años de amargo fracaso, la vasija rota no pudo aguantar más y habló con la mujer. "Estoy avergonzada de mí misma, porque esta grieta en mi costado causa que la mitad del agua se filtre durante todo el camino de regreso a casa."
La anciana sonrió. "¿Te diste cuenta de que hay flores en tu lado del camino, pero no en el lado de la otra vasija? Eso es porque siempre he sabido acerca de tu fallo, por lo que sembré semillas de flores en tu lado del camino, y cada día, mientras retornamos a cada tu vas regándolas. Durante dos años he podido recoger estas flores para decorar la mesa. Sin tu grieta, no podríamos disfrutar de eso. "